Y así fue como supe que no me enamoraba de mis parejas, sino de mi Sombra
El sorprendente y doloroso camino hacia uno mismo es siempre un camino de descenso a las profundidades del alma, donde la Luz no habita, y la Sombra teje los hilos invisibles que gobiernan nuestra conducta.
Son esos hilos invisibles, expresándose a través de nuestros pensamientos, emociones y actos (sin que